El Estado Leguleyo Maíz-xi-cano, no es más que el Estado de Derecho a la mexicana que en sus últimos años, está viviendo el peor descrépito del espíritu de las normas jurídicas y la más grande crisis de la anhelada Justicia mexicana. De esa Justicia que en el aspecto social el pueblo de México empieza a disfrutar con la 4T después de 40 años de dominio neoliberal; pero se mantiene empantanada la Justicia Jurídica por el Poder Judicial que ha abierto al pueblo mexicano las puertas del infierno con su famoso Estado de Derecho y pleito personal de los ministros de la tremenda de Corte con el Ejecutivo Federal. Hay que cambiar nuestro Estado Político y de Derecho por un Estado Ciudadano y de Justicia. Un Estado donde ya no sea el político el que tenga el poder del estado, si no el ciudadano. Un estado donde el sistema jurídico no sea el Derecho, si no la Justicia. Un estado donde el Poder Judicial sea elegido democráticamente al igual que se hace con los poderes Ejecutivo y Legislativo. Que sea el ciudadano el que ponga y el que quite a sus representantes de representación popular. El Estado de Derecho Mexicano actualmente es más que el imperio de un conjunto de leyes que desde su nacimiento neoliberal son corruptas y protegidas por el último reducto del poder conservador, como lo llama Gerardo Fernández Noroña, al Poder Judicial de la Federación, encabezada por su Suprema Corte de la InJusticia; cuyos ministros no son más que verdaderos demonios vestidos de toga y birrete; porque nada repugna más que el juez desvergonzado que vende la Justicia y trafica con ella, tal como lo señala el mencionado precandidato a la presidencia de la república. En un Estado de Derecho neoliberal como el nuestro, Justicia no es otra cosa que dan a cada quien lo que le corresponde: al rico su riqueza y al pobre su pobreza.
El Estado de Derecho es el Estado usurpador del Estado de Justicia; es el falso rostro de la Justicia, es el aparato represor del diablo, es el verdugo infernal del Estado, es el más grande represor de la pobreza en México, es el principal cómplice de los demonios mexicanos, es el más falso defensor del pueblo, es el conjunto de catálogos de todas las maldades del demonio.
En México no tenemos un sistema jurídico, sino un prostíbulo jurídico llamado Estado de Derecho, que tiene secuestrada como madrota a la Constitución, para que ésta regentee a todas las leyes como viles sexoservidoras de políticos y empresarios neoliberales.
Ante la desaparición forzada de la Justicia por el Estado Político y de Derecho, solo se puede confiar en el tiempo como juez, que, aunque un poco lento por su avanzada, edad, es certero en darle la razón a quien la tiene, porque logra liberar a la verdad que es la única que tiene los pelos de los hechos en la mano.
A través de un juez de la legalidad habla solamente el Derecho. A través de la Justicia como juez habla verdad de los hechos. En México tenemos demasiadas leyes, pero no tenemos Justicia, porque es solamente el diablo cuando se apodera de un pueblo, hace tantas leyes, tal como sucedió con la mafia del poder en el gobierno de Peña Nieto, que provocó una indigestión legislativa con sus famosas reformas estructurales, cuya tendencia era el apoderarse de todo el país y dejar de él, el puro cascarón. Cuando más corrupto es el Estado, más leyes promulga. El Estado Político y de Derecho a convertido a nuestras universidades en fábricas de desempleados o esclavos laborales y en fábricas de delincuentes; a los abogados los ha hecho en sicarios del Derecho; a los economistas en demonios de la economía nacional; a los ingenieros y arquitectos en miembros de los cárteles inmobiliarios; a los médicos en mercaderes de la salud, etc, etc. Totalmente deshumanizados, sin amor a su patria y carentes de todo valor ético o moral.
Un ejemplo claro es la máxima casa de estuDios de México (UNAM), una institución académica manipulada por el neoliberalismo durante 40 años, a través del grupo de los médicos, la cual ha generado más delincuentes que profesionalistas al servicio de nuestra patria; tal como lo dice AMLO.
En conclusión, el Estado Político y de Derecho nunca ha funcionado en México, por lo que es urgente desplazarlo por un Estado social y de Justica. Este texto no es más que una recopilación de algunas o muchas de sus frases, dichos, dimes y diretes que no pasan inadvertidos para el pueblo mexicano y que es parte de nuestra cultura jurídica, desgraciadamente. Este libro no tiene más objetivo que ilustrar al lector de las razones que tengo para llamarle Estado leguleyo a nuestro Estado de Derecho mexicano y su necesidad de cambio por un sistema jurídico, en el que ya no sea el Derecho el que impere en nuestra sociedad, sino la Justicia, pero para que México cambie, se necesitan: Huevos… frijoles, chilaquiles y un café, porque no solamente es un cambio de borrachos, como se ha hecho en los sexenios pasados, sino que es necesario un cambio de cantina, ósea de régimen. La 4T, si bien hizo un cambio de los Poderes Ejecutivo y Legislativo, pecó en dejar vivo al Poder Judicial por considerar que era un enemigo pequeño; pero para que haya Justicia en México, no basta cambiar únicamente a los jueces, sino, que es necesario cambiar las leyes neoliberales que nos vigen por verdaderas normas de Justicia. En épocas de neoliberalismo los tres Poderes del Estado eran como los “tres García”, no se llevaban, pero andaban juntos, el Poder Judicial era el más débil y el más servil a la mafia del poder; ladraba, pero no mordía y obedecía, tanto al presidente de la república como a quienes consideraba que eran sus amos. Sin embargo, en el sexenio de Zedillo, se puso al brinco y entre los poderes ejecutivo y legislativo, no solamente lo sometieron, sino que desaparecieron a todos los ministros, para ponerlos en su lugar y dejar claro que el Ejecutivo es el que tiene el mando y lo que se ordena se cumple. El Poder Judicial nunca ha sido autónomo, solamente ha tenido autonomía en el manejo de su presupuesto; era como una dependencia más del ejecutivo, tal como sucede en las entidades federativas.
Eso es lo que hace ahora, sigue obedeciendo fielmente, pero solamente a sus amos, más no al presidente AMLO, por ser un desconocido y enemigo de la mafia del poder, máxime que lo amenazó con quitarle sus grandes sueldos, lujos y privilegios que vienen gozando desde el antiguo régimen al implantar su austeridad republicana de su gobierno, porque no puede haber pueblo pobre con su gobierno rico.
Es menester reformar al Poder Judicial para que los jueces, magistrados, consejeros y ministros sean electos por los ciudadanos en forma democrática y no por la mafia del poder, para que así esté al servicio del pueblo y no de los poderosos como hasta la fecha sucede, un Poder Judicial nombrado por el pueblo para que esté al servicio exclusivamente del pueblo y no al servicio de los delincuentes y mafiosos, que fueron los que los nombraron. Con el triunfo electoral de AMLO, se cambió el Ejecutivo y el Legislativo, pero el Poder Judicial quedó intacto, continuando los mismos jueces, magistrados y ministros que fueron nombrados por la mafia del poder y son los que están a su servicio incondicional, gozando los grandes sueldos, lujos y privilegios que éstos les otorgaron para validar todas sus actividades ilícitas encaminadas a saquear el país y empobrecer más al pueblo de México. Además de liberar a grandes capos y delincuentes de coello blanco, como proteger la defraudación fiscal de grandes empresarios mexicanos y extranjeros. Solamente así podrá alcanzarse una verdadera Justicia social y jurídica que tanto demanda el pueblo mexicano y que la 4T pueda cumplir cabalmente con una autentica transformación de nuestro país.
Por último, no olvidemos amigos lectores que, entre sus apuros jurídicos o judiciales, aunque sean en este arte unos ases, deben acudir a este humilde texto que tiene para ustedes sus mejores dicho y sus mejores frases. Sin olvidar tampoco, que la risa es el mejor remedio para todas las enfermedades y el sol que ahuyenta el invierno en el rostro humano.
Atentamente
El Autor
El Autor
-El sarcasmo del Derecho es la fuente más crítica y sabia del Derecho.
-El crimen del Estado de Derecho es la desaparición forzada de la Justicia.
-El Estado de Derecho neoliberal no puede seguir siendo un obstáculo para el cambio social de México.
-Justicia es la más antigua deuda del Estado de Derecho
-La Justicia de México demanda no solamente un cambio de jueces, sino también de leyes
-La verdadera Justicia es una amante celosa que no admite amores fáciles y mentirosos como el Derecho
-Cuando un Estado hace tantas leyes, es para que nunca llegue la Justicia
-Las mañas de nuestros políticos neoliberales es lo primero que han aprendido nuestros jueces
-En un Estado Político y de Derecho, si el juez fuera justo, no hubiera tantos pobres inocentes en la cárcel
-Del mismo papel en que un juez ha escrito una sentencia, rasgará un pedazo para escribir unas líneas amorosas a la esposa de su colega: Michel De Montaigne
con sus frases, dichos, dimes y diretes